Hace poco, mi querida amiga Patricia Núñez me envió una foto en la que se podía ver un gran saco de un gimnasio de boxeo.
Vinieron a mi recuerdo las horas y horas, días y meses en los que es necesario cuidar la comida, respetar horas de descanso...
Los boxeadores llevan una vida realmente como un anacoreta... por las mañanas al campo a correr, por las tardes gimnasio y entrenamiento y, si tienes cualidades físicas y técnicas, buen entrenador, mejor manager y mucho amor por lo que haces, a veces llegas a campeón.
Has dado media vida, has renunciado a mil cosas, al placer de comer, trasnochar, de las fiestas y un largo etcétera de cosas de la vida cotidiana que normalmente no se valoran. Si no tienes disciplina mental y un objetivo claro, no triunfas.
He visto boxeadores que pudieron ser grandes, sobrados de facultades físicas y técnicas pero a quienes les faltaba disciplina mental: no eran conscientes ni responsables del compromiso hacia uno mismo que suponía ser boxeador.
Una vez le preguntaron a un entrenador qué se necesitaba para ser campeón olímpico. Esta fue su respuesta: «Para ganar una medalla de bronce, con un buen físico vale. Para una de plata, además de físico, necesitas una buena técnica. Y para el oro debes de sumar una mente bien preparada, una mente segura de sí misma».
He visto en mí mismo y en muchos otros deportistas que eso marcaba la diferencia entre ganar o perder. Me refiero a esa mentalidad tenaz de «Y si caigo, me levanto con auxilio del mismo suelo». Desde aquellos tiempos para mí inolvidables que me fueron forjando en el cuerpo y en la mente al servicio de una fuerte voluntad, he tenido la ocasión de comprobar cientos de veces, con músicos con "pánico escénico", actores, cantantes de ópera, ciclistas, karatekas, boxeadores, gimnastas, etc. la suprema importancia de tener una mente bien equilibrada y segura de sí misma.
Recordemos también al equipo olímpico español de gimnasia femenina que gano varias medallas de oro en Barcelona 1992 y que recibió ayuda con la hipnosis a través del profesional clínico D. Luis Cernuda.
Bueno, a cualquiera nos viene bien hoy, por ejemplo, dedicar una auto-hipnosis a nuestra actitud psicológica. ¿Día bello y lleno de sentido o… rutina, mecanizado… un día más? Depende de mí… y de ti.
Hoy, cuando acabe el día, antes de irte a dormir, pregúntate serenamente: «¿Cómo ha transcurrido mi día hoy? ¿He sido capaz de determinar cómo lo he vivido o él ha determinado como lo he vivido yo?».
No racionalices demasiado. Capta intuitivamente la respuesta. Luego respira y duerme tranquilamente…
Al fin y al cabo, mañana será otro día.
Interesante reflexion Horacio, y es muy cierto en la autohipnosis,se puede tratar la autoconfianza en uno mismo, y tambien donde esta el poder que tiene la mente para lograr determinadas cosas, limitaciones, autodescubrimiento de unos mismo,señales que estan grabadas en nuestra vida como fuego... Memorias acentrales que seguiran estando ahi..Y solo hay que dejarlas salir... Grabar nuevos mensajes....¿Podrias hacer un articulo sobre el tema de la regresion?, seria para muchos lectores algo interesante para indagar mas
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