Todos, absolutamente todos y con diferentes matices y formas de hacerlo, pero todos los grandes maestros, guías, profesionales de la psicología, desde Jesús el Cristo (al menos en su humana personalidad), pasando por el mismo Freud, Assaglioli, Jung, y por supuesto el gran artífice de una nueva concepción del trance hipnótico como fue (y sigue siendo) Erickson, todos se caracterizan tal y como indicaba el príncipe Sidharta el Budha, por la necesidad de un trabajo psicológico interno, sobre sus propios miedos, complejos, manías y fobias... eso evita caer en la típica megalomanía que observamos en algunos que se las dan de gurús por ahí.
Cada uno de los que nos dedicamos a este menester de la psicoterapia tenemos ahí una clave para descubrir a los “analfabetos” de esta profesión: el que dice que él no necesita un trabajo interno psicológico sobre sí mismo.
Es simplemente una caricatura patética de un ser humano medianamente consciente de su realidad psicológica. ¿Puede ese ser pretender ayudar a otros seres humanos que sufren en cuerpo y alma minimizando su calidad de vida y deterioro de sus potencialidades, sanar y corregir en otros, lo que él mismo ni conoce ni ha sanado en su interior?
Creo que hoy es un bonito día para reflexionarlo y tomar alguna decisión al respecto.
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