“El estado alterado de conciencia, es la madre de toda terapia”, como decía Milton H. Erickson.
Sí, un estado alterado de conciencia en el que la persona se siente comprendida y se produce el ‘rapport’ o empatía en el marco terapéutico. De tal forma se produce esta conexión (o debe producirse) que es como si el/la terapeuta lograra hablar en las mismas claves, en el mismo código, en el mismo idioma de esa persona, comprendiendo verdaderamente el problema y estados de ánimo que interactúan.
Para el/la terapeuta esto permite acceder a las sensaciones empáticas con respecto a la persona que tiene ante sí.
Tengamos presente que en toda Psicoterapia el elemento más importante del proceso terapéutico, hasta un 70% del total de la terapia, es el conjunto de las variables del/la paciente, la relación terapeuta-paciente, el citado ‘rapport’, empatía… El resto podría repartirse en un 15% de efecto placebo y otro 15% de técnicas en Psicoterapia.
¿Os doy un pequeña clave para saber si se está produciendo esa conexión con la otra persona? La respiración.
A lo largo de la vida nos hallamos en el seno de emociones que se traducen mediante manifestaciones fisiológicas y de actuación o comportamiento. Lo que resulta más evidente de ello es el cambio de ritmo respiratorio.
Respiramos en función del estado de conciencia, mental y emocional en que nos hayamos.
Si el/la terapeuta intenta ajustarse al ritmo de la respiración de la otra persona, se acercará más a lo que ésta siente.
En la mayoría de las “nuevas formas de curar mediante la mente” están poniendo el acento en los supuestos teóricos. El/la terapeuta te dice qué te pasa y por qué te pasa, te explica peregrinas teorías y, además, te dice que si lo crees de verdad –lo que él/ella te ha explicado– será suficiente para curarte. Hablan del perdón, de colocarte en el lado del “Espíritu Santo” y otras afirmaciones por el estilo; te sermonean y casi te sientes culpable si no eres capaz de creer fielmente en sus postulados.
Y, además, todo ello con la garantía de éxito de una sola sesión de poco más de una hora.
Por supuesto que venden humo te hacen creer (siendo como son personas megalómanas y bipolares en muchos casos) que saben más de ti y de lo que te pasa que tú mismo/a.
Y además, la "curación” está en sus manos y en sus sistemas de sanación. O, sea, que en lugar de enseñarte a hacerte libre de tus creencias limitantes te hacen esclavo de las suyas y además, cada vez que tengas un problema tendrás que buscar ayuda a través de él, y lo que él te dice.
Tratan de hacerte dependiente de sus sandeces, pero no te enseñarán a comprender la realidad de tus problemas, no te enseñarán a comprenderlos por ti mismo/a conforme a tu propio discernimiento. ¡No eres libre! Tendrás que verlo y analizarlo y llegar a una solución según él/ella te ha explicado.
En otras palabras, te enseña qué pensar. Es lo mismo que hacen en las ideologías políticas, religiosas o sectas. El/la paciente no piensa, ya lo hace el/la terapeuta.
En fin… así son algunos/as
Lo que los buenos/as terapeutas debemos enseñar es a que pienses por ti mismo/a y desde tu propio discernimiento y comprensión.
Recuerda: dentro de ti hay alguien que te conoce más que tú mismo/a.
Ante cada problema, las mejores soluciones se encuentran en el propio interior de cada persona.
Muy buen artículo, sin lugar a dudas lo más importante es uno mismo y hay que aprender a valorarse, a mirar dentro de cada uno y comenzar a comprenderte. Como muy bien dices la solución esta en el propio interior. Saludos
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