Enseñar hipnosis a distancia

Algunas imágenes de mis cursos de formación en hipnosis y PNL...



De momento he conseguido lo que pretendía: suscitar respuestas, promover reacciones y evidenciar que estamos vivos y que, en cuanto alguien nos dice algo que no nos gusta o simplemente toca nuestras creencias, reaccionamos. Eso es bueno para intercambiar impresiones, puntos de vista, etcétera.

Cada uno tiene sus creencias y actúa, se mueve o comenta en función de ellas. Reitero mi opinión en función de lo que yo considero o siento que es la labor de un hipnoterapeuta: la terapia debe hacerse cara a cara... Si no, ¿dónde está el rapport o la empatía?
Os diré que el tanto tanto por ciento más elevado del éxito de la terapia está en la relación terapeuta-paciente. Y no en la técnica o método que utilices. Influye también el contexto y otras variables. Esto sólo se puede dar si ves, miras y sientes cómo respira, sus gestos, si eres consciente de cómo cambia la respiración... o sea, el llamado lenguaje no verbal.
Mi creencia es que un hipnoterapeuta debe observar todo eso y actuar en función de cómo evoluciona este proceso. De cómo canalizar la abreacción o catarsis que pueda darse, etcétera. Si no estás delante y al lado de tu “paciente” y ocurre esa catarsis, ¿cómo le ayudas?
Hay gente que simplemente lee algún libro; en estos no se hace terapia, simplemente se da teoría (y cultura) que, si la practicas, puede llevarte a alguna experiencia, pero nunca sustituye a la terapia directa. Es como las grabaciones en CD o en cualquier medio, que ayudan pero que jamás sustituyen tampoco a una relación directa, frente a frente. Esto es tan obvio que casi no merece aclaración.
“El encuentro de dos personas es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay alguna reacción, ambas se transforman”.
“Conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana se apenas otra alma humana”.
Carl Gustav Jung

Un detalle muy importante y que algunos pasan por alto: He dicho que lo escribo desde “el orden de ideas en que yo me muevo y concibo la labor de un hipnoterapeuta”. Obviamente, no puedo ni debo pensar como los demás. Y, afortunadamente, los demás tampoco piensan como yo. ¡Qué bueno!
Finalmente diré: la verdadera terapia tal como yo la concibo debe contemplar un proceso que de lo remediativo pase a lo generativo, eso nos permite lo desarrollativo y, como resultado final, el proceso se convierte en algo evolutivo.
O sea, remedia, cambia, modifica algo negativo. Eso permite generar lo contrario en positivo.
Este desarrollo de cualidades o habilidades se convierten en un proceso evolutivo. Desde esta perspectiva es como a mí me gusta la hipnoterapia. Si no existiera esta posibilidad, a mí no me interesaría esta labor. Si me moviera únicamente por el dinero, seguiría en mi antigua profesión, ganando el triple.
Repito, es mi opinión, eso es todo.

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