«Gris, querido amigo, es toda teoría, y verde el árbol dorado de la vida».
Goethe
La capacidad o aptitud para rememorar vidas pasadas viene siendo objeto de investigación sistemática entre muchos profesionales de la Psiquiatría y Psicología en los últimos 30/40 años. Uno de los investigadores más metódicos y con más casos de personas que han evidenciado la regresión es el Dr. Ian Stevenson. El Dr. Stevenson, de la Universidad de Virginia, conserva en sus ficheros centenares de casos, esmeradamente estudiados, de vidas anteriores evocadas de modo espontáneo por niños.
Psicoterapeutas, médicos, psicólogos y diferentes especialistas clínicos (Morris Netherton en California y Joe Scranton en Inglaterra, por ejemplo) han mostrado a través de documentales, libros, entrevistas y programa de TV el trabajo extraordinario de la regresión a vidas pasadas llevada a cabo por adultos. Las experiencias son variadas, distintas o parecidas unas con otras, diversas experiencias de toda índole. Al entrar en trance, los sujetos que exploran esta técnica a veces se agitan de angustia recordando episodios pasados de muertes violentas, lloran a lágrima viva la perdida de seres queridos, reviven episodios maravillosos y alegres de vidas anteriores donde fueron felices, evocan profesiones y experiencia que emergen sin evocarlas directamente, se reencuentran con gentes en el presente que conocieron ya en una vida anterior y, aunque esto no tenga explicación científica todavía, comienzan a hablar en lenguas extranjeras de las que ni siquiera tenían noticia. Este fenómeno recibe el nombre de xenoglosia. También hemos comprobado alguna vez el fenómeno de la xenografía (en varios de mis libros se muestra la escritura xenográfica evocada en regresión).
Una cosa que llama la atención es comprobar que la técnica regresiva en sí misma es totalmente inofensiva y jamás puede despertar o alterar cualquier trastorno psíquico. Jamás nadie ha podido demostrar que la hipnosis regresiva provoca o despierta ninguna patología o trastorno psicótico en personas que no lo tuvieran ya en estado latente o diagnosticado clínicamente.
Algunos psicólogos, sobre todo aquí en España (Colegio de Psicólogos de Valencia: Grupo de Trabajo de Hipnosis Psicológica del COP-CV), dicen que quien practica la regresión hipnótica termina paranoico o preso de “los falsos recuerdos de abducciones extraterrestres, torturas satánicas, abusos sexuales, etc.”. Y con todo el descaro y sabiendo que mienten, afirman:
“Se dan frecuentemente en hipnosis cuando el cliente y el terapeuta creen que la hipnosis funciona como la máquina de la verdad, o que todo lo que se recuerda bajo hipnosis es cierto, o que la persona regresada bajo hipnosis actúa tal cual lo hacía a esa edad, todo lo cual la ciencia se ha encargado de demostrar que no es cierto”.
¡La ciencia como tal no ha demostrado nada! ¿Qué ciencia? ¿La relativa a la física cuántica, la neurología, la astronomía o la odontología, la Psiquiatría o la Psicología? De entrada, los profesionales de la hipnoterapia (seamos o no clínicos) sabemos de sobra que en hipnosis se puede alucinar, mentir o tener experiencias de todo tipo (que pueden se metáforas o algo simbólico o pura fantasía de la mente).
Nótese aquí que estos perillanes se arrogan la potestad de decidir que nosotros “creemos en fantasias y no distinguimos la mentira de la verdad psicológicamente hablando”. O sea, para estos mitómanos somos unos ignorantes alucinados. Es curioso, pero yo llevo 37 años en estos menesteres y todavía no he visto a nadie meterse en ninguna secta extraterrestre, ni experimentado abusos sexuales como consecuencia de la regresión, ni que haya torturado satánicamente a nadie. Y nadie, absolutamente nadie de los cientos de personas que he hipnotizado a lo largo de estos años, me ha narrado semejantes estupideces que, según estos tipos, son experiencias que debemos experimentar al practicar la regresión.
Supongo que al considerarla una práctica iatrogénica, estos perillanes no deben practicar la regresión a vidas pasadas.
De la catadura ética y moral de estos personajes nos hacemos una idea recordando que en su día, y amparándose en el Colegio de Psicólogos como supuesta autoridad, enviaron un escrito al comité organizador de un evento público (ECONAT) para que a mí no me permitieran impartir una conferencia pública sobre el tema de la regresión. Su nivel intelectual y moral quedó en evidencia al pretender pasar por alto el artículo 20 de la Constitución: Libertad de expresión. Claro está que había otro perillán más por ahí (Psicólogo forense según él) que pretendía nada más y nada menos que prohibir la regresión hipnótica sacando una “Normativa de Ley” que la dejara fuera de la legalidad.
Estas eminencias de la Psicología siguen hablando de lo que ni experimentalmente, ni experiencialmente conocen nada más que de oídas:
“Esas creencias, junto a lo que se conocen como preguntas tendenciosas, y la presión del terapeuta o el grupo de personas que mantiene las creencias mencionadas, determinan la aparición de falsos recuerdos con consecuencias muy desagradables para el paciente, como romper con la familia, amigos, incluso dedicarse al espiritismo o entrar en sectas, especialmente si se han realizado regresiones a vidas pasadas”.
En lo referente a estas “regresiones a vidas pasadas”, sólo queremos recordar que no hay ninguna evidencia científica que nos permita tomar en consideración este supuesto a la hora de una terapia psicológica, es decir, no hay prueba alguna de ser práctica iatrogénica. Es más, emplazo a estas “grandes autoridades psiquiátricas” que demuestren la negatividad de la práctica, que me digan cuantos sujetos han ingresado en sectas y demás antros que ellos aseguran es el destino final de los que nos dedicamos a la regresión hipnótica.
Una inducción hipnótica a vidas pasadas si se hace directamente, o cualquier regresión (a la niñez, infancia, útero materno, etc.) se debe hacer de una forma muy general, inespecífica y con un cuidado exquisito, a fin de no facilitar la creación o implantación en la memoria de recuerdos falsos. Mientras una persona se encuentra centrada en la hipnosis y siempre con conocimiento de lo que se va a abordar, contando con su aprobación, se le lleva a rememorar el tiempo o las circunstancias en las que pudo suceder aquello que se trata de evocar o se le expone al estímulo que le generan ansiedad. No olvidemos que la Psicología profunda, la escuela psicodinámica según Freud, Jung y sus seguidores se basa en estos supuestos en su práctica psicoanalítica
Todo profesional de la hipnoterapia sabe que “cualquier recuerdo que pueda surgir se debe de considerar solamente como un producto de la mente”. Esto es de perogrullo, ¿no? Se puede ajustar a la realidad o bien puede haber sufrido algún tipo de distorsión, ya que la investigación ha constatado que la memoria tiende a alterar o mezclar imágenes cuando ha transcurrido un cierto tiempo. Esto implica que el recuerdo puede ser correcto o incorrecto, ajustado a lo sucedido en realidad o poco preciso; pero hay que tener en cuenta que las personas tendemos a conceptuar (serán ellos que no tienen ni idea de estos niveles profundos de la mente) los recuerdos obtenidos con la hipnosis como muy fiables, aunque en realidad no se ajusten completamente, a veces en absoluto, a lo ocurrido en tal momento del pasado.
Una de las ventajas que aporta la hipnosis para acceder a los recuerdos es procurar a la persona un entorno mental de relajación y bienestar, que le ayuda a poder centrarse y destinar tiempo a recordar, o bien percibir como menos lesivos o amenazantes aquellos posibles sucesos que se están tratando de recuperar, o simplemente afrontar ya que se recuerdan con precisión. No es, por tanto, una herramienta que los instaura (si no lo instaura, mucho menos puede crear conflictos inexistentes…) sino una forma de facilitar que sean recuperados o afrontados con mayor madurez o seguridad, ya que la persona tiene ahora unas capacidades de afrontamiento de las que carecía antes de la terapia psicológica.
La hipnosis y la precisión de recuerdo, no se busca en terapia ni en ningún otro contexto. Solamente es útil para examinar y reestructurar los recuerdos existentes o fácilmente accesibles o para poder enfrentarse a ellos con apoyo de un profesional y poder manejar su intensidad y controlar las reacciones que puedan sentirse.
Lo que importa es saber utilizar los contenidos de esos recuerdos para afrontar el problema, darle una explicación que libere a la persona de sus conflictos, que sea sanada la parte afectada, y que logre su liberación y desarrollo personal…
Esta es mi experiencia a través de más de 37 años en estos menesteres. Hablo con conocimiento de causa.
Recordemos entonces a Goethe cuando decía:
«Grau, teurer Freund, ist alle Theorie, und grün des Lebens goldner Baum».
(«Gris, querido amigo, es toda teoría, y verde el árbol dorado de la vida»).Ya sabéis, os espero a todos en septiembre en el Taller Intensivo de Regresiones a Vidas Pasadas y sus Usos Terapéuticos. 4, 5 y 6 de septiembre en Albacete.
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