El ego es un mono que salta a través de la selva: totalmente fascinado por el reino de los sentidos, cambia de un deseo a otro, de un conflicto a otro, de una idea centrada en sí misma a la siguiente. Si lo amenazas, realmente teme por su vida. Deja partir a ese mono. Deja partir los sentidos. Deja partir los deseos. Deja partir los conflictos. Deja partir las ideas. Deja partir la ficción de la vida y de la muerte. Permanece simplemente en el centro, observando. Y después olvídate de que estás en él.
Ese mono que todos llevamos dentro leerá esto y se hará el loco, como siempre, como si no tuviera nada que ver con él mismo.
Os dejo aquí un ejercicio grabado con una buena ración de autohipnosis que yo mismo he practicado, buscando el mono dentro de mí, para observar cómo interactúa mi mente consciente y mi mente inconsciente.
Os dejo aquí un ejercicio grabado con una buena ración de autohipnosis que yo mismo he practicado, buscando el mono dentro de mí, para observar cómo interactúa mi mente consciente y mi mente inconsciente.
Os animo a comprobar cómo el mono, o sea, mi ego, el yo con el que me identifico, salta de rama en rama, de pensamiento en pensamiento.
Por mi parte, una de las conclusiones a las que siempre llego es que el gran reto es la clave del presente, el aquí y ahora.
Escuchad y practicad la grabación: ¿cuál es la conclusión a la que llegáis vosotros?
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