El sábado y domingo, nos vemos en Murcia


Antes o después, a todos nos llegará el momento de partir, de abandonar el mundo de las formas y adentrarnos por los desconocidos mundos que nos lleven de vuelta a casa... ¿o tal vez de regreso a la nada?
Casi con certeza podemos vislumbrar otros estados de conciencia donde sigue la experiencia, donde la aventura humana se procesa, en función del eterno retorno y de los constantes ciclos.
Todos tenemos algún ser querido en el otro lado. También nosotros, antes o después, tendremos que iniciar ese viaje.
Los antiguos iniciados en la Edad Media ya decían algo así como: 
"Hora incierta, pero muerte cierta".
Yo creo -y sin dudarlo- que sería bueno poder explorar y echarle un vistazo a ese mas allá al que, de todos modos, terminaremos por llegar, aunque es de suponer que sea con otro estado de conciencia.
La experiencia de vidas pasadas es el mejor antídoto contra el estrés, la angustia, las ambiciones y, en general, contra la mayoría de los males que pueblan la faz de la tierra. No exagero y, si alguien quiere reflexionarlo un poco, tal vez le parezca cierto lo que digo aquí. 
Veamos, si hemos vivido otra muchas veces, si hemos tenido otras vidas y otras personalidades, si hemos sido unas veces de genero masculino y otras femenino, si hemos pasado por distintas razas, etnias, grupos y subgrupos humanos; si hemos sido ricos y pobres, si hemos conocido enfermedad y salud, momentos buenos y otros no tanto, si hemos conocido el éxito y también el fracaso, si hemos pasado ya otras veces por estos ciclos... ¿de qué tenemos miedo? Son experiencias ya conocidas, familiares.
¿Qué sentido tiene el machismo o la superioridad según etnia, raza o cosa similar, si antes hemos sido de todo un poco? 
¿Para qué me voy a angustiar o dramatizar ante un problema o situación si sé que la voy a pasar, como hice otras muchas veces? Si sé que estoy de paso, que todo es pasajero y efímero y que no me voy a llevar nada material al otro lado, y si no hay otro lado... pues igual, tampoco me podré llevar nada al panteón.
En fin, si llego a ser consciente de que lo único real en mí no es mi cuerpo, ni mi ego o personalidad, ni mucho menos mis ambiciones, ni mi dinero, ni mi posición social... si llego a ser consciente de que la realidad es simplemente mi consciencia, alma o espiritu... repito, si llego a ser consciente, verdaderamente consciente, de ello, ¿no es lógico pensar que todo se relativiza, que aprendemos a priorizar en nuestra escala de valores lo que realmente importa y es de verdad auténtico? 
Ahora te toca a ti, estimado amigo/a, hacer una lista de lo verdaderamente importante, de lo único real en tu vida.
Y, si quieres profundizar un poco más en esta exploración, vente a Murcia este fin de semana, allí te esperamos un grupo de investigadores del eterno misterio del alma humana. Allí realizaremos este sábado y domingo un taller de hipnosis y regresiones.
¿Quiénes somos y qué sentido tiene nuestra vida? Sé que yo he nacido por algún motivo, aparte del puramente físico generado por mis progenitores. La vida tiene que tener un sentido y una finalidad: explorar y motivarme en el logro de algunas respuestas es una de la cosas más importantes que puedo hacer en mi efímera estancia en este mundo de fantasías y falsos espejismos, en este mundo en el que, a veces, creemos que realmente existimos.
En todo caso todo será apenas unos minutos, unos instantes apenas... y, como decían los sabios del Mayab:
"Sólo unos minutos, sólo unos instantes estaremos en la tierra, qué bueno, qué bueno qué bueno".
Nos vemos en Murcia... o donde el destino decida.
Os espero.

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