Once días antes de Navidad

Foto de Kevin Dooley (www.flickr.com).

De nada sirve que Jesús haya nacido hace más de dos mil años en Belén, si no nace en nuestro corazón también.Tu visión devendrá más clara solamente cuando mires dentro de tu corazón... Aquél que mira afuera, sueña. Quién mira en su interior, despierta.

C.G.Jung

En el inconsciente está la verdadera sabiduría y la intuición. En el inconsciente hay fuerzas que intentan curarnos, que nos avisan, que pueden acabar curándonos. El inconsciente es nuestro amigo, nuestro aliado.

No olvidemos que no nos iluminamos más fantaseando con figuras de luz, sino haciendo más presente nuestro lado oscuro, nuestra sombra.

El inconsciente no es algo malo por naturaleza, es también la fuente de bienestar. No sólo oscuridad no bestial y demoníaca, sino también luz espiritual y divina.

El inconciente no tiene tiempo. No hay pasado ni futuro. No hay problemas acerca del Tiempo en él.

Parte de nuestra psique no está en el tiempo ni en el espacio. En el inconsciente todo es ahora, presente. Ayer ya pasó, no puedes cambiar ni un punto ni una coma de lo que hiciste, pensaste o dejaste de hacer.

Para el inconsciente no hay tampoco mañana, no existe, no sabes que te deparará. Ayer y mañana: son solo una ilusión. Tiempo y Espacio: otra ilusión.

El inconsciente está en el centro de ninguna parte, porque vive en ese tiempo que existe en todas partes y en ninguna. El inconsciente es amoral, atemporal.

¿Sabías que todo lo que rechazas de una persona es algo que no aceptas en ti mismo? ¿Sabías que todos los sentimientos de odio, rechazo, aversión que te pueda producir alguien tiene que ver con algo de ti mismo que no aceptas? Esto es lo que se denomina nuestra sombra. Según Jung, proyectamos en los demás lo que no estamos en la condición de aceptar en nosotros mismos. La sombra es el lado menos agradable y educado que ocultamos ante los demás. Nuestros miedos y pasiones más mezquinas, nuestros impulsos menos nobles.

“Siempre la vida nos presenta maravillosas oportunidades para trabajar con algún aspecto ciego de nuestra personalidad, y resulta que la mejor forma de contactar esa parte nuestra que los demás ven, pero que nosotros desconocemos, es analizando lo que proyectamos hacia afuera en forma de pensamientos, sentimientos adversos, negativos. Pensamientos tales como la maldad, el egoísmo, la envidia, el ansia de dominio, de poder, la avidez por el dinero, los celos, la avaricia, la cursilería, holgazanería, presuntuosidad, pereza, indolencia, negligencia, la manipulación, la cobardía y muchos de nuestros miedos. Estos miedos se constituyen en emociones y sentimientos que no resultan fáciles reconocer como componentes de nuestra propia personalidad”.

Resulta fácil adivinar con estas palabras que, si somos sinceros y no nos auto-engañamos a nosotros mismos, si dejamos de fantasear y de imaginarnos iluminados o seres superiores a los demás, si somos conscientes de que "si el grano no muere la planta no nace", entonces… tal vez con un riguroso, creativo y apasionante trabajo interior, podemos encarar este próximo 2014 desde la perspectiva realista de que nadie, absolutamente nadie va a darnos nada.

Lo que obtengamos lo debemos ganar con nuestra propia labor, nuestro esfuerzo e inteligencia. Yo obtendré solo aquello que merezca y me esfuerce en ganar por mí mismo.

Nada quiero de la diosa fortuna, salvo el pago justo por mi trabajo, que procuraré desarrollar con honestidad y profesionalidad. 

Sed felices, si podeis.

Vocatus atque non vocatus, Deus aderit