El cerebro en hipnosis

Cuando la persona está en trance hipnótico se produce una mayor emisión de ondas Alpha y Theta (ver los estudios de Resonancia Magnética Funcional de Crawford). En este estado y con la producción de este tipo de ondas cerebrales en plena conciencia aprendemos a emplear su poderosa energía.
Dicho de otro modo, estamos en condiciones de aprovechar su potencial potencial para hacer una impresión más fuerte en las células cerebrales.
Imaginemos los usos que podemos darle a este principio cuando lo que dejamos grabado en las células cerebrales planteamientos, formas de comportamiento, "programas" positivos.

Esto significa que, en estado de hipnosis, una vez que la corteza cerebral ha sido inhibida y el pensamiento apaciguado, la información (relacionada con el Hipocampo) se graba más fuertemente y, tiempo después, la evocación de todo lo aprendido se realiza más fácilmente.

Se puede entrenar a una persona (o grupo de personas) para que desarrolle sus capacidades. Y estas capacidades se potenciarán cuando el sujeto aprenda a funcionar en esas ondas alpha y Theta.

En el estado habitual, de vigilia, se hace que una persona piense sobre algún problema y trate de solucionarlo. Luego, al llevarla a un estado de trance hipnótico se verá que las posibles soluciones a ese mismo problema aparecen con mayor facilidad porque entra en juego un funcionamiento mental basado en las citadas ondas Alpha y Theta, con mayor protagonismo del hemisferio cerebral derecho, soporte anatomofisiológico del inconsciente... un cerebro más intuitivo, emocional, aleatorio, artístico, creativo, musical, femenino, simultáneo, sin limitación de tiempo.

En estado de trance, con la mente más concentrada y con mayor actividad de los funcionalismos del cerebro derecho, se tiene una mayor capacidad de percepción, una visión conceptual más holística e intuitiva.  Se resuelve el problema con más rapidez y eficacia.