Hablar o escribir acerca de las vidas pasadas
es algo extremadamente complejo. Delicado en sí mismo, sobre todo porque estamos
hablando o investigando en un terreno tan resbaladizo como es la psique, la
mente, que por su propia naturaleza es subjetiva.
No es algo que se pueda medir, pesar o tocar.
No es algo tangible o que se pueda agarrar. Se puede experimentar, puesto que obviamente
es una experiencia interna, pero sus contenidos resultan inabarcables.
Los investigadores del tema de las regresiones
nos dicen que uno de los aspectos más fundamentales de la hipnosis regresiva podría
ser el de quitar dramatismo al concepto mismo de la reencarnación. De esta
manera, se preguntan sobre la razón de ser de las regresiones desde un enfoque
plenamente positivo, ya que, al final, pueden servir para hacernos más
conscientes sobre el sentido de la misma existencia.
No importa si creemos o no en la
reencarnación. La creencia sin la experimentación íntima y personal nunca ha
transformado a nadie
Y digo esto porque, al margen de la creencia
de cada cual, la regresión hipnótica con experiencia en (supuestas) vidas
pasadas ha demostrado un gran valor.
La regresión hipnótica ha sido eficaz en
múltiples casos de sufrimiento moral, crisis de angustia, fobias y de neurosis
grave que no hallaban una explicación aparente en esta existencia. La
experiencia revivida de traumas de existencias anteriores se ha revelado
fundamental y ha demostrado una gran eficacia a la hora de solucionar
conflictos y síntomas que eran rebeldes a otras terapias más tradicionales
desde un punto de vista académico.
Después de innumerables trabajos realizados
por muchos investigadores, es muy difícil negar la existencia del fenómeno de
la reencarnación. Aunque solo fuera una elaboración metafórica del
inconsciente.
Ciertamente, la experiencia “es evidente, más
no demostrable”. Esto nos recuerda lo que un sacerdote católico, el reverendo Jesús
M. G., doctor en Teología, me dijo en cierta ocasión: “Todas las religiones
son evidentes, más ninguna es demostrable”.
En la regresión hipnótica se acaba mezclando
lo científico y lo espiritual, pero nadie está obligado a creer más que lo que le
dicte su conciencia.
Sin embargo, creo que solamente está
capacitado para hablar de esta experiencia psicológica quién la haya
experimentado.
Por eso os animo, pacientes lectores de este
blog, a participar en el II Taller: Hipnosis y Regresiones que impartiré la
semana que viene.
Acudid libres de prejuicios. No os aventuraréis
en formular explicaciones demasiado inmaduras y superficiales sobre la
reencarnación y la regresión.
Yo os propongo práctica, reflexión y darle tiempo
al tiempo.
Y también insisto en que lo importante de la
regresión hipnótica es ver para qué nos sirve, qué utilidad práctica tiene o qué
nos aporta la experiencia.
Este segundo taller se realiza a petición de
muchos amigos/as que no pudieron acudir al anterior. Cumplo lo prometido y aquí
nos veremos de nuevo, para compartir, explorar y evolucionar.
Acabo con una afirmación contundente de la que
no tengo ninguna duda: en un futuro, la psicología será transpersonal o
simplemente, no será.
Mañana os dejaré un nuevo ejercicio práctico grabado de regresión hipnótica.
Hasta entonces.
Gracias Horacio siempre en el momento adecuado llegan tus mensajes, y sobre todo tu forma de explicar la reencarnacion
ResponderEliminarGracias a ti, Miguel, por estar ahí.
ResponderEliminarUn saludo.