Creer en la reencarnación


Foto de jef safi  'Mojo Flying (www.flickr.com).
Hablar o escribir acerca de las vidas pasadas es algo extremadamente complejo. Delicado en sí mismo, sobre todo porque estamos hablando o investigando en un terreno tan resbaladizo como es la psique, la mente, que por su propia naturaleza es subjetiva.
No es algo que se pueda medir, pesar o tocar. No es algo tangible o que se pueda agarrar. Se puede experimentar, puesto que obviamente es una experiencia interna, pero sus contenidos resultan inabarcables.
Por eso existen, como he indicado muchas veces, tantas teorías y diferentes maneras de explicarla.
Los investigadores del tema de las regresiones nos dicen que uno de los aspectos más fundamentales de la hipnosis regresiva podría ser el de quitar dramatismo al concepto mismo de la reencarnación. De esta manera, se preguntan sobre la razón de ser de las regresiones desde un enfoque plenamente positivo, ya que, al final, pueden servir para hacernos más conscientes sobre el sentido de la misma existencia.
No importa si creemos o no en la reencarnación. La creencia sin la experimentación íntima y personal nunca ha transformado a nadie
Y digo esto porque, al margen de la creencia de cada cual, la regresión hipnótica con experiencia en (supuestas) vidas pasadas ha demostrado un gran valor.
La regresión hipnótica ha sido eficaz en múltiples casos de sufrimiento moral, crisis de angustia, fobias y de neurosis grave que no hallaban una explicación aparente en esta existencia. La experiencia revivida de traumas de existencias anteriores se ha revelado fundamental y ha demostrado una gran eficacia a la hora de solucionar conflictos y síntomas que eran rebeldes a otras terapias más tradicionales desde un punto de vista académico.
Después de innumerables trabajos realizados por muchos investigadores, es muy difícil negar la existencia del fenómeno de la reencarnación. Aunque solo fuera una elaboración metafórica del inconsciente.
Ciertamente, la experiencia “es evidente, más no demostrable”. Esto nos recuerda lo que un sacerdote católico, el reverendo Jesús M. G., doctor en Teología, me dijo en cierta ocasión: “Todas las religiones son evidentes, más ninguna es demostrable”.
En la regresión hipnótica se acaba mezclando lo científico y lo espiritual, pero nadie está obligado a creer más que lo que le dicte su conciencia.
Sin embargo, creo que solamente está capacitado para hablar de esta experiencia psicológica quién la haya experimentado.
Por eso os animo, pacientes lectores de este blog, a participar en el II Taller: Hipnosis y Regresiones que impartiré la semana que viene.
Acudid libres de prejuicios. No os aventuraréis en formular explicaciones demasiado inmaduras y superficiales sobre la reencarnación y la regresión.
Yo os propongo práctica, reflexión y darle tiempo al tiempo.
Y también insisto en que lo importante de la regresión hipnótica es ver para qué nos sirve, qué utilidad práctica tiene o qué nos aporta la experiencia.
Este segundo taller se realiza a petición de muchos amigos/as que no pudieron acudir al anterior. Cumplo lo prometido y aquí nos veremos de nuevo, para compartir, explorar y evolucionar.
Acabo con una afirmación contundente de la que no tengo ninguna duda: en un futuro, la psicología será transpersonal o simplemente, no será.
Mañana os dejaré un nuevo ejercicio práctico grabado de regresión hipnótica. 
Hasta entonces.

2 comentarios:

  1. Gracias Horacio siempre en el momento adecuado llegan tus mensajes, y sobre todo tu forma de explicar la reencarnacion

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  2. Gracias a ti, Miguel, por estar ahí.
    Un saludo.

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