Solo dentro de ti existe esa otra realidad que anhelas.
Nada puedo yo darte que no tenga ya existencia en tu propio interior.
No hay pinacoteca cuyas puertas pueda yo abrirte de par en par, si no es tu propia alma.
El inconsciente es la historia no escrita de la humanidad desde tiempos inmemoriales.
Los próximos días 13 y 14 de julio imparto un taller sobre ‘Hipnosis
y regresión a vidas pasadas’.
Y… ¿qué sentido tiene este taller?
Los niveles de bienestar y de seguridad en que vivimos nos
impiden a menudo profundizar en el conocimiento de las imágenes que mueven y
regulan nuestra existencia. Evidentemente somos algo más que un cuerpo y un
cerebro, nuestra psique se extiende hacia lo transpersonal, algo más que
nuestro pequeño y limitado ego personal. Mucha gente suspira por encontrar
medios que le permitan disipar las nubes de la ignorancia.
Como lo subraya Ilya Prigogine, ganador del Premio Nobel en
1977 por su teoría de las transformaciones, atravesamos quizá un momento
crucial en el que las tensiones y conflictos de nuestro tiempo pueden
empujarnos hacia un orden nuevo y superior.
Esto es lo que Thomas Kuhn, historiador de la ciencia y
filosofía, describe como movimiento hacia un cambio de paradigmas, entendiendo
por paradigma tal o cual esquema mantenido por una comunidad de individuos para
comprender y explicar ciertos aspectos de la realidad.
Si llegamos a comprender que lo que estamos buscando es la
transformación, veremos también que el principio básico del taller que ofrezco
a mediados del mes que viene no es la terapia referente a vidas pasadas, sino
la que tiende a transformarnos personalmente. Nadie puede llevarnos de un
camino a otro si no lo ha transitado él primero.
El taller ofrece una perspectiva de transformación donde se
explora la fecunda posibilidad de que estemos ligados a una pauta de conciencia
psicológica que va más allá del conocimiento ordinario.
Constituye una vía de autoconocimiento sin igual y una
poderosa herramienta terapéutica para el clínico sin miedos ni prejuicios.
Poco importa que creamos o no en las representaciones
mentales de una vida pasada.
Con el empleo de metáforas y contenidos simbólicos se
suscita una interpretación de esas imágenes que nos vinculan universalmente
unos con otros.
Recordemos lo que decía San Agustín:
Dentro de mí hay uno que sabe más de mí que yo mismo.
No lo discutas, compruébalo por ti mismo, por ti misma…
Anímate y ven al taller.
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