Creo sinceramente en la
hipnosis como herramienta terapéutica. Y cuando uno cree de verdad en lo que
hace tiende a preguntarse si sus motivaciones son honestas.
Por eso, paciente lector,
quiero trasladar en estas líneas cuál es mi compromiso y mi profesión.
Y lo digo sin dudarlo: soy
hipnoterapeuta y mi compromiso es el desarrollo interior y la ayuda a los demás
mediante el proceso terapéutico.
Por un lado creo que hay que
explorar y practicar modelos y técnicas para el desarrollo personal, para la
autoayuda, el autoconocimiento. Siempre con la intención de vivir
experiencialmente antes yo aquello que pretendo enseñar a los demás después.
Por otro lado, me esfuerzo en
extender la formación teórico-practica en modelos y técnicas para el desarrollo
profesional del clínico.
Hago siempre mía esa máxima
que dice que nadie puede acompañar a alguien por algún camino que no haya
transitado él primero.
Éstas son mis premisas. En función
de ellas divulgo, enseño y practico la metodología hipnótica y Programación
Neuro Lingüística.
Nada digo o modelo en otros
si antes no lo he explorado yo (experiencialmente).
Lo dijo R. Assagioli:
“Creo que las mayorías de las discusiones sobre la identidad se han extraviado porque los psicólogos académicos no se toman la molestia de experimentar de modo adecuado. Hacen pasar ratas por laberintos pero no acuden al laboratorio interior y examinan su propia experiencia de la voluntad. Podría compararlos, con algo de irreverencia, a los teólogos que no quisieron mirar a través del telescopio de Galileo porque temían que se desmoronase su visión del mundo. Descuidaron la introspección, que es el mejor laboratorio que tiene un psicólogo”.
Creo en la hipnosis como
herramienta hipnótica.
La uso en otros y en mí.
ResponderEliminarLlevo años intentando "sanar" mi alma, descubrir muchos "porqués", sobre todo en algunas somatizaciones que se han producido a través de mi piel y hasta ahora el tratamiento más rápido y efectivo ha sido la hipnosis. No sólo he conseguido que remita la somatización y conocer las respuestas a muchas dudas, sino que he "revivido" situaciones maravillosa y también descubierto por qué han llegado determinadas personas nuevamente a mi vida. Apenas he comenzado; aún queda mucho por andar, pero en nueve meses que hace que la conozco mi vida interior ha dado un gran vuelco y muy, muy positivo. No hay que temer, no hay que sufrir, no hay que preocuparse... "hay que ocuparse" y a través de la hipnosis he descubierto una maravillosa forma de indagar y liberar. Lo recomiendo.
Hola Inma:
ResponderEliminarCuando se practica la hipnosis con eficacia, utilizamos el potencial de nuestra mente.
Provoca cambios: en nuestro sistema inmune, por ejemplo, además de otros en la forma de sentir y pensar.
Gracias por tu comentario.
Y en este camino, el terapeuta recibe un doble combustible: el de su propio crecimiento, trabajándose con la herramienta que usa y enseña, y el de la experiencia de sus clientes, que te hace acceder y conocer matices nuevos e infinitos en la percepción de la experiencia de las personas. Y todo eso va constituyendo su bagaje.
ResponderEliminarY ese bagaje es el que luego nos legitima como enseñantes, aportando experiencias, sucesos y un 'anecdotario' que va más allá a lo que se trasmite a través de los textos académicos.
Un abrazo.
Tal cual lo expresas amigo Horacio asi es para mi la hipnosis; una experiencia en primera persona y una herramienta para ayudar a muchos, te felicito por todo lo que haces y difundes, saludos desde Mexico.
ResponderEliminarHola Juan Jesús:
ResponderEliminarEn efecto, ya sabes que yo insisto mucho en que el terapeuta debe trabajar sobre sí mismo para no transferir a los demás sus propios problemas.
Un saludo.
Un saludo a México:
ResponderEliminarEs fundamental el trabajo interno. Nos da autoridad para ayudar a los demás.
Muchas gracias por tu comentario.
Yisa Quirzo me ha preguntado si para la hipnosis es necesario saber visualizar.
EliminarMe parece una pregunta muy interesante y la voy a contestar de una forma más extensa en una nueva entrada en este blog.
Gracias, Yisa.