Vengo
incorporando en este blog grabaciones prácticas de regresiones hipnóticas. Hasta
el momento, ya son tres las grabaciones que he adjuntado en entradas anteriores
de este blog (Regresión hipnótica con ejercicio práctico, Sobre la regresión hipnótica (I) y
Sobre la regresión hipnótica (II)).
Tengo
que hacer una aclaración sobre estos ejercicios grabados que os ofrezco. Se
trata de modelos generales, adaptables a perfiles psicológicos distintos, a
personas con diferentes idiosincrasias e inquietudes.
Y
deben ser modelos generales porque los ofrezco de forma pública en este blog.
Como
es lógico suponer, cuando realizo una regresión de forma individual a un
paciente en la consulta, la cosa cambia totalmente.
Las
grabaciones que ofrezco en este blog van dirigidas a un grupo heterogéneo de
personas y, de acuerdo a esa necesaria diversidad de intereses y rasgos, modelo
ejercicios de amplio espectro metafórico, con imágenes y símbolos que se
adaptan a esa mencionada diversidad, de forma que todos puedan encajar, que los
contenidos sean adaptados según las necesidades y capacidades de imaginar y visualizar
de cada uno.
Además,
insisto mucho en la fraseología del tipo: “concéntrate en el eje de tu búsqueda
personal, vete donde tu inconsciente tenga que llevarte ahora… donde ahora tú
necesites ir…ver lo que ahora sea apropiado para ti… más tarde ya sabrás qué
hacer con todo eso”.
Siempre
destaco que debes dejarte llevar por tu propia sabiduría interior y en función
de tus necesidades, puesto que nunca verás o sentirás aquello para lo que
todavía no estés preparado.
Como
los destinatarios de la grabación, yo mismo incluso, somos tan distintos, la fraseología
que incluye es lo suficientemente abstracta como para no sugestionar nada
concreto. El profesional siempre debe tener sumo cuidado en no provocar,
directa o indirectamente, ningún tipo de experiencia en particular. En estas
grabaciones, este cuidado debe ser todavía tenido más en cuenta si cabe.
La
persona que siga estos modelados de regresión verá o recordará aquello que
ahora necesiten ver o recordar. Nada más. Si surge algo que considera fuerte o
le perturba, no debe preocuparse, porque se tratará de su mente inconsciente,
que quiere comunicar algo porque es necesario que salga a la luz de la
consciencia.
En
este caso, siempre recurro a la comparación del viejo marinero. El inconsciente
es un viejo marinero que, en cuanto se le invita a un par de vasos de buen
vino, está dispuesto a contarnos todas sus antiguas andanzas por esos mundos.
Para
que el lector de este blog pueda comparar y saber a qué atenerse cuando sigue
la grabación, sería algo así como tener un sueño de esos que nos impacta tanto
que nos despertamos en el mismo sueño, afectados por la trama del mismo. Por
fuerte o incluso terrible que sea el sueño, no pasa nada ¿no es cierto?
Simplemente quedamos impresionados por la profundidad del sueño y por sus
contenidos impactantes. Eso es todo.
Que
sepamos luego interpretarlo o no, depende del conocimiento simbólico y
necesidades de autoconocimiento o desarrollo personal que tengamos. Saber pasar
del contenido manifiesto al contenido onírico latente… pero bueno, eso es tema
para otra entrada en este blog, o para una terapia personal en mi gabinete.
Teoría
y práctica.
Práctica
generalizada o de forma individual.
Lo decía
el gran Goethe: “Toda teoría es gris y solo es verde el árbol de dorados frutos
que es la vida”.
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