Bienvenidos a este espacio creado para reflexionar sobre el apasionante mundo de la hipnosis.
Mi intención es ofrecer a quien lo desee algunas de mis reflexiones sobre la hipnosis, los estados 'alterados' de conciencia y todo lo que tiene que ver con la investigación acerca del amplio espectro de la psicología (esta palabra proviene de dos voces griegas: Psiké: alma o espíritu; y Logos: estudio o tratado). Con esta definición etimológica ya adelanto que para mí, después de 30 años explorando, investigando y divulgando todo lo relativo a la psicología, a la hipnosis, a la hipnoterapia, hablar de 'trance hipnótico' es hablar de mí mismo, o de ti, estimado lector, de ti que estás leyendo ahora estas letras a modo de saludo introductorio.
Este espacio puede ser relativamente aburrido si me dedico a escribir solo sobre mis investigaciones y no encuentro al otro lado a otras personas interesadas en intercambiar experiencias o en, simplemente, formular preguntas para hacer de este espacio algo creativo y enriquecedor psicológicamente hablando.
Pero tengo que adelantar y dejar bien claro un aspecto fundamental. Todo cuanto aquí escriba no será más que mi visión particular sobre lo que es en sí mismo una persona, es decir, un ser humano.
Pero tengo que adelantar y dejar bien claro un aspecto fundamental. Todo cuanto aquí escriba no será más que mi visión particular sobre lo que es en sí mismo una persona, es decir, un ser humano.
Contemplo a la persona como un ser compuesto por cuatro aspectos o dimensiones del ser: una suma bio-psico-socio-espiritual.
En el prólogo de mi cuarto libro, Hipnosis, teoría y práctica, publicado por la editorial Natural, desarrollo esta visión con más detalle. Concibo al psiquismo humano, a la psicología, como un potencial que se expande más allá del pequeño y limitado espacio del cuerpo y del cerebro. Somos algo más que un cuerpo y un cerebro.
Si estás de acuerdo, estimado lector, bien. Y, si no, también está bien… no lo voy a discutir contigo ni con nadie. No tengo tiempo ni ganas para discutir. No pretendo convencer a nadie de nada. Que cada cual se exprese libremente mientras sea honrado y sincero con su propia experiencia.
Que la contraste con las investigaciones de los grandes de la psicología, desde Janet hasta Ken Wilber, pasando por Carl G. Jung, Tart, Cardeña, Stevenson, Wambach, Fioret, Roger J. Woolger, W. James, Patrick Drouot. De este modo yo he comprendido que un acercamiento verdaderamente científico nos aporta una visión transpersonal del psiquismo humano.
Por lo demás, que tengáis todos una bonita Navidad y os ocurra lo mejor, es decir, aquello que os merezcáis para el año entrante.
¡Ah, por cierto! Estad tranquilos. Los mayas nunca dijeron que el mundo se fuera a acabar en 2012. Lo sé de buena tinta, en 1984 estuve conversando con alguno allá en el estado de Yucatán, precisamente en el templo de Kukulcán, en Chichén Itzá. Pero bueno, ésta es otra historia que (que si es caso) contaré otro día.
En el prólogo de mi cuarto libro, Hipnosis, teoría y práctica, publicado por la editorial Natural, desarrollo esta visión con más detalle. Concibo al psiquismo humano, a la psicología, como un potencial que se expande más allá del pequeño y limitado espacio del cuerpo y del cerebro. Somos algo más que un cuerpo y un cerebro.
Si estás de acuerdo, estimado lector, bien. Y, si no, también está bien… no lo voy a discutir contigo ni con nadie. No tengo tiempo ni ganas para discutir. No pretendo convencer a nadie de nada. Que cada cual se exprese libremente mientras sea honrado y sincero con su propia experiencia.
Que la contraste con las investigaciones de los grandes de la psicología, desde Janet hasta Ken Wilber, pasando por Carl G. Jung, Tart, Cardeña, Stevenson, Wambach, Fioret, Roger J. Woolger, W. James, Patrick Drouot. De este modo yo he comprendido que un acercamiento verdaderamente científico nos aporta una visión transpersonal del psiquismo humano.
Por lo demás, que tengáis todos una bonita Navidad y os ocurra lo mejor, es decir, aquello que os merezcáis para el año entrante.
¡Ah, por cierto! Estad tranquilos. Los mayas nunca dijeron que el mundo se fuera a acabar en 2012. Lo sé de buena tinta, en 1984 estuve conversando con alguno allá en el estado de Yucatán, precisamente en el templo de Kukulcán, en Chichén Itzá. Pero bueno, ésta es otra historia que (que si es caso) contaré otro día.
Hasta la próxima entrada de este blog.
Un saludo.
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